25/10/10

NO OIGO, NO ESCUCHO.

He eliminado las tres últimas entradas porque he estado reflexionando y creo que he sido muy poco slow ultimamente, con esto de la lactancia.
Al final todo se reduce a una decisión entre madre e hijo, no en militar en política. ¿Por qué digo esto? Porque desde lo del diario El Mundo (lo siento, no pienso poner enlaces, tampoco soy tonta) me ha empezado a dar miedo algo más aparte de lo que se dice en sus dos artículos, y es la palabra "lactivista". Es terrorífico pensar que el hecho de amamantar me convierte en activista de algo. Por muy horrible que me pueda parecer un mundo de hijos criados por el biberón, eso no deja de ser un pensamiento íntimo (ahora no tanto), y mi única manera de cambiar algo pasa únicamente por dar el pecho a mi bebé y ayudar en el futuro a alguna otra madre si es que me lo pide.
Otra cosa son los grupos de lactancia, la información de pediatras y de la comunidad científica, la difusión y la recomendación, pero no pienso formar parte de grupos radicales que se dedican a censurar todo aquello que "huele a".
Ahora puede haber motivos, pero corremos el peligro de convertirnos en eso que son ahora las feministas tipo Lidia Falcón o Amparo Rubiales, tan seguras de que han liberado a la mujer que la han hecho esclava de sus convicciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario